Muchos niños con problemas de atención plantean dudas acerca de si oyen o no oyen bien. Tanto es así que a muchos se les practican audiometrías con resultados compatibles con la más y absoluta normalidad. Incluso, algunos padres comentan que el especialista en Otorrinolaringología les ha comentado que su hijo tiene una capacidad auditiva superior a la normal.

En realidad, lo que ocurre a estos niños es que tienen problemas de escucha.

¿Cuál es la diferencia entre la audición y la escucha?

La diferencia entre audición y escucha está en la actitud de comunicación del niño. Oir es una actividad involuntaria y pasiva. Escuchar es una actividad voluntaria activa y selectiva que requiere atención.

La atención es una capacidad cerebral que depende de muchos factores y que nos permite seleccionar un estímulo de todos los que en cada momento llegan al sistema nervioso. Es una capacidad que resulta fundamental para evitar la sobrecarga indiscriminada de estímulos a la que nuestro cerebro estaría sometido si no fuéramos capaces de diferenciar y seleccionar.

Pues bien, entre otros factores, la capacidad de atención depende de la calidad de la llegada de los propios estímulos visuales y auditivos.

El desarrollo de la función auditiva comienza alrededor del tercer mes de la vida fetal. En el oído confluyen el sistema vestibular (encargado del equilibrio y el control postural) y el órgano de Corti responsable del análisis e integración del lenguaje (todos los mensajes acústicos y sonoros).

El oído alcanza su desarrollo completo durante el sexto mes de vida intrauterina. Es decir, durante el embarazo el oído ya funciona, , y es en esta etapa cuando los niños empiezan a aprender a mantenerlo abierto al exterior con ganas de establecer relación con el exterior, su madre; o a protegerlo cerrándolo (Ejemplo: un ruido muy fuerte).

Por esta razón, el oído es uno de los grandes motores del desarrollo y juega un papel muy importante en la integración física, emocional y mental de todo individuo. Muchos problemas que suceden durante la gestación, el parto o la primera infancia pueden condicionar la actitud de escucha y provocar bloqueos en el desarrollo posterior.imagen atencion

 

La conducta del niño que tiene problemas de atención y/o hiperactividad asociados a problemas de escucha se caracteriza por los siguientes rasgos:

  • El niño generalmente no atiende a la primera a las llamadas de sus educadores o padres.
  • Contesta siempre preguntando; como si no hubiera oído la pregunta.
  • Muestra una atención muy dispersa y fluctuante.
  • Tiene dificultades de concentración ante los estímulos de tipo auditivo.
  • Con frecuencia padecen otitis repetitivas o han sido intervenidos con drenajes transtimpánicos.
  • Tiene problemas de conducta asociados a cambios de humor; irritabilidad, lloros…
  • Han tenido o tienen problemas para desarrollar el lenguaje hablado en algún aspecto (articulación, expresión oral..).
  • Presentan problemas de lectura porque les resulta difícil asociar información visual (grafema) y auditiva (fonema).
  • Tienden a estar ausentes y volcados en su mundo interior que hacia los estímulos que llegan de afuera.
  • El niño se comporta como si tuviera una hipoacusia.
  • El niño oye pero no discrimina el sonido. La falta de discriminación auditiva afecta el aprendizaje lectoescritor.
  • Fallos en la memoria auditiva.
  • Fallos de asociación entre palabra y significado, es decir, les cuesta evocar el nombre de un concepto.

Estos niños necesitan un diagnóstico de su problemática y un tratamiento adecuado para reestablecer la escucha, mejorar la organización de su actitud de comunicación, su autoimágen y la organización de su lenguaje.

La sintomatología aparece en la escuela pero puede ser generalizado y afecta al desarrollo personal. A menudo pasan desapercibidos a los padres y educadores.

Estas conductas reflejan un Problema de Procesamiento Auditivo y requieren un estudio específico más que la mera aplicación de protocolos de diagnóstico de falta de atención e hiperactividad y su consideración como tal.

Una de las posibles ayudas es el Programa de Entrenamiento en Integración Auditiva con la Técnica Tomatis que es un programa de estimulación sensorial de la ruta auditiva del cerebro y su objetivo es madurarla de forma que pueda procesar los estímulos que recibe de forma adecuada.